Relato de Léa L., Thaïs N. y Juliette D.
1. Punto de vista de Eloy
Ese verano, iba de vacaciones con mis padres a nuestra casa de infancia. Sinceramente, hacía un esfuerzo para mis padres porque pensaba que no tenía nada que hacer en esta casa. Estábamos al lado de Manzanares, una pequeña ciudad en la provincia de Ciudad Real al centro de la península ibérica.
Esta casa era la casa de nuestra tragedia familiar, la desaparición de Alberto hace veinte años.
Voy a hablar de mi familia antes de contaros el día que cambió mi vida...
Entonces, tengo dos hermanos y dos hermanas. Javier que tiene treinta años, es mi hermano mayor y Alberto que tenía cinco años cuando cayó al pozo. Mis hermanas se llaman Laura e Irene, son gemelas y tienen veintiocho años.
El tiempo había sanado las heridas del pasado. Fui yo quien vivió mejor la tragedia porque tenía cuatro años cuando Alberto desapareció. Javier tenía diez años y mis hermanas tenían ocho años. Mi madre no se repuso realmente de la desaparición de Alberto y la casa estaba llena de fotos de mi hermano. Mi padre no hablaba nunca de Alberto...
Ese día de verano, estaba pues en la casa, fui el primero en llegar y el resto de la fratría llegaría en dos días. Ese día, fui al pozo para sacar agua... y descubrí la botella.
...
Ahora, estoy en mi habitación, no sé si me vuelvo loco pero estoy mirando a esta botella y pienso en Alberto. ¿Qué puede significar este mensaje ? ¿Qué mundo puede ser un "mundo como otro cualquiera"?
Los pensamientos se precipitan en mi cabeza, sin embargo, ninguno de ellos parece posible. Mañana, mi familia llegará, y no sé si voy a mostrarles este mensaje. No pienso que sea una buena idea poner dudas en la cabeza de mis padres otra vez. Hacerles vivir de nuevo este trágico episodio y traer nuevas preguntas inquietantes y sin respuestas. Quizás se lo diga a mi hermano y a mis hermanas, pero intentaré averiguar más información por la mañana antes de que lleguen. Intento dormir un poco pero el mensaje sigue sonando una y otra vez.
Me despierto al amanecer, no he dormido mucho. La frase del mensaje se queda todavía en mi cabeza. Me visto rápidamente, cojo una lámpara, porque el sol acaba de salir y me dirijo al pozo. Estoy un poco estresado. ¿Voy a descubrir otro mensaje? ¿Alguien está intentando gastarme una broma de mal gusto? Estoy llegando al pozo. Me detengo unos pasos adelante y respiro profundamente.
Nada. No hay nada en el brocal del pozo, ni nuevo mensaje ni señales de que alguien estaba aquí. Quisiera bajar pero no quiero que mi familia me encuentre en el fondo del pozo cuando lleguen, así que decido explorarlo esta noche, cuando todo el mundo duerma.
...