Relato de Héloïse B., Maiwenn D.,Madeleine C. y Antoine S.
2. Un brusco despertar
Al día siguiente fui despertado muy temprano por el sonido de llamada intempestivo de mi teléfono. Colgué sin mirar, pero tras la cuarta vez acabé por mirar quién me importunaba tan temprano durante mis vacaciones y vi con estupefacción que era mi patrón y que no estaba en mi cuarto de hotel, sino en mi piso en Zaragoza…
Me froté los ojos para estar seguro de lo que veía alrededor de mí mientras preguntándome por qué milagro había podido aterrizar aquí. Mi patrón me llamó por quinta vez y decidí responder porque todo eso comenzaba a seriamente intrigarme.
Oí su voz furiosa al otro lado del teléfono: “¿Qué diablos está haciendo Señor Rodríguez? ¡Le estamos esperando desde las ocho de la mañana para hacer una repetición antes la firma del contrato con el director de Citroën y ahora, la reunión empieza en quince minutos! ¡Espero que tenga una buena excusa! ¡Si no llega antes cinco minutas será la puerta!”
Completamente aturdido, le respondí: “No entiendo nada. La reunión tuvo lugar ayer con Citroën y parecía satisfecho de mi presentación. ¿Por qué haber reprogramado una reunión?”
Sobre esto replicó furioso: “¡Pero ha perdido completamente la cabeza mi pobre Rodríguez! ¿Qué hizo ayer por la noche? ¡Le espero dentro de cinco minutos sino tendrá que vérselas conmigo!”
Enloquecido y en una incomprensión total, me tiré a la calle para llamar a un taxi cuando mi mirada se detuvo sobre el quiosco de prensa del otro lado de la calle y leí: “El País, viernes 15 de mayo de 2016: España se recupera lentamente de la crisis.”
En aquel momento me acordé de todo: el encuentro con la vieja, el estado extraño en el que me puse a dormir… Mi vida había dado efectivamente un giro de 180° como me lo había predicho Eva pero en el sentido literal: iba a vivir de nuevo mi vida en la dirección inversa.