Relato de Ambre L., Pauline M., Zaynab B. y Lola T.

II

Tras el extraño descubrimiento del mensaje, Eloy reunió a los hermanos para discutirlo. Estábamos todos sentados en la sala de estar y Eloy nos contó lo que le acaba de pasar y nos leyó el mensaje, Paola empezó a soplar como siempre y dijo:

«- Acabo de superar su muerte y la de mi madre, ¿y ahora quiere volver a ponerse en contacto con nosotros?

- ¿Ponerse en contacto con nosotros? pregunté.

- Sí, ¿no lo ves? Es seguro que este mensaje viene de él, es el único que escribe este tipo de cosas.

- Paola no se equivoca en esto, intervino Eloy, todos sabemos que estaba en su burbuja llena de libros e imaginación.

- Es cierto que, para tener imaginación, tenía este pequeño, podía pasar sus días solo hablando y jugando con sus amigos imaginarios, eso siempre me impresionó. Pero, vamos, hay que ser realista: murió hace 20 años, ¿cómo quieres que sea esta palabra de él, no vivimos en una película, exclamó Paola. 

- Mientras tanto, si esto le permite seguir con nosotros y podemos seguir hablando de él, no me importa, lo extraño... dijo Eloy tristemente.

- Por supuesto, todo el mundo le echa de menos. Todavía era nuestro hermano. Sin embargo, esta historia es muy extraña. Y tú, Luis, eras el más cercano a él, ¿no tienes algo que decir?

-Vuestra discusión no nos lleva a ninguna parte. Estaba pensando en lo que estaba escrito en la palabra, ¿por qué escribiste esta frase y no otra?»

La discusión se prolongó un poco más, pero no condujo a nada. Una vez que estaba solo en mi habitación, no podía dejar de pensar en el significado de este mensaje. Pero no sé, había algo que no sonaba como Alberto, pero no pude averiguar qué era. Tal vez no lo conocía tan bien después de todo. Para mí, el mensaje se refería al mundo de la muerte porque para él este mundo no era tan aterrador, como hermano gemelo es muy difícil decir que su hermano no tenía miedo de morir. Pero la pregunta seguía siendo cómo ese pedazo de papel pudo haber terminado en ese pozo.

 

20 AÑOS ANTES

Hoy es el quinto cumpleaños, y el último, de mi hermano, desgraciadamente el haber nacido en una familia tan grande y con tan pocos medios hizo de los cumpleaños un día como cualquier otro. La única diferencia con los otros días era que hoy mi padre iba a hablarnos sin discutir ni pegarnos. Y con mucha suerte, si su día no hubiera sido tan duro, podríamos tener un abrazo. Me había acostumbrado a esta forma de vida, me gustaba estar rodeado de muchos hermanos y hermanas, pero creo que para mi gemelo era más complicado, estaba tan retraído en su mundo y siempre con la cabeza en los libros que vivía esta vida de forma diferente, pero algún día después había dejado este mundo ... Desde entonces, me culpo todos los días por no haber visto nada, me siento culpable.