Relato de Léna C., Pablo R. y Oumaima A.

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Cours: Récits d'espagnol
Livre: Relato de Léna C., Pablo R. y Oumaima A.
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Date: vendredi 22 novembre 2024, 00:29

Description

Los Mallos

Improbable reconversión

Los Mallos

1. Capítulo I

Raúl nació en una familia pobre, su padre estaba endeudado enormemente debido a su adicción al juego y su madre murió de una enfermedad cuando él aún era joven. A los 18 años decidió irse de casa y desde entonces no ha tenido contacto con su padre. Al no haber terminado el bachillerato y por lo tanto sin un diploma, hizo trabajos ocasionales a tiempo parcial para poder vivir. Se hizo algunos amigos y sus días consistían en ir al trabajo y salir a ver a esos amigos. Su vida no fue ni feliz ni infeliz, solo monótona y agotadora, pero estaba bien para el, bueno, hasta que un día todo cambió.

Ese día, Raúl acababa de ser despedido de su trabajo en el supermercado de la esquina, y como el negocio no iba bien, el dueño tomó la decisión de despedir a uno de sus dos empleados que fue Raúl.  

Como una desgracia nunca ocurre sola, el pequeño apartamento que poseía Raúl se vio inundado debido a una plomería defectuosa. Sin trabajo, sin vivienda y con el estómago vacío, esa era la situación en la que se encontraba Raúl. Al no tener suficiente dinero para reservar una habitación de hotel y no querer molestar a sus amigos, Raúl se encontró sin hogar. Sentado en una acera frente a una joyería y pensando en lo que iba a poder hacer para salir de esta situación, de repente Raúl tuvo una idea, una muy mala idea, pero es bien sabido que en situaciones desesperadas los hombres tienden a tomar decisiones estúpidas, y eso sin pensar en las consecuencias.

El plan era simple, entrar en la joyería, fingir estar interesado a una joya, hacer que el vendedor se la mostrara, luego agarrarla y salir corriendo con ella.Desgraciadamente para él, Raúl había olvidado un detalle, estábamos en el siglo XXI, y hoy en día existían sistemas de cierre automático de puertas que impedían que Raúl se escapara y le daban una sentencia de 3 años de prisión.

Tres largos y duros años de prisión ...

2. Capítulo II

Tres meses después de su salida de la cárcel, Raúl encontró sus amigos que no había visto desde un tiempo tan largo como si le parecía a siglos.

Se reunieron en el bar del centro donde acostumbraban a pasar las noches comiendo tapas, bebiendo cerveza, y  teniendo una vida tranquila.

A sus amigos no les parecía ser una buena idea hablar de su vida pasada, oscura: había que pasar página y empezar una nueva vida. Todos habían vivido sin él muchos años, ahora tenían que informarle de todo lo que había pasado sin él. Era una manera de acoger y conocer a este hombre que para numerosos de sus amigos era ahora casi desconocido. Pero, rodeado de gente que era feliz, sonriendo y gritando, Raúl tenía la cabeza en otra parte. Se sentía como un intruso, solo en este grupo. “¿Qué pasa Raúl?” gritó José. “¿No eres feliz de ver tus amigos? ¿Quieres decirnos algo?” Raúl respondió que tenía problemas para encontrar un nuevo trabajo, un apartamiento… Era como si tuviera una lista de tareas pendientes tan larga que no sabía cómo empezar y estos objetivos: tenía la impresión de que nadie quería hacerle un favor y contratarle.

Así es como sus amigos decidieron contarle la historia de la Giganta de los Mallos : "En esos parajes vivía una anciana de estatura gigantesca, de la que se decía que usaba artes de brujería. Los habitantes del pueblo vivían atemorizados. Cansada de verse siempre temida y rechazada, la Giganta (así la llamaban), hizo surgir un día las enormes rocas y las plantó con fuerza junto al río Gállego para poder vivir escondida y refugiada tras ellas.

Dicen que si hay luna llena, en la noche de San Juan se la puede ver sentada en el mallo Pisón, peinando sus largos cabellos blancos tras humedecer el peine en el Gállego." le propuse a Eva ir a pasar el fin de semana a Riglos para conocer ese lugar. Su respuesta picó todavía más su curiosidad: "si quieres que tu vida dé un giro de 180°, cita en Murillo de Gállego, en la plaza del pueblo, el viernes a las cinco y media". Allí fui.

3. Capítulo III

Entonces, el viernes, como si se fueran en peregrinación, anduvieron hasta el lugar.

En camino, muchas ideas se mezclaban en la cabeza de Raúl. No quería creer en esta leyenda, era una leyenda nada más. Pero para un hombre que había perdido esperanza, creer en cualquier cosa era lo mejor que hacer para recuperar la poca motivación.

Entonces, empezó a imaginar en otros posibles  cambios en si vida si la profecía se realizase ¿Qué sueños tenía? Antes este viaje, no había tenido ninguno. Curiosamente ahora tenía un montón. Quería tener un trabajo que le permitiera ganar mucho dinero, ascender profesionalmente, comprar todo lo que quisiera: una casa, un coche…, quizás la celebridad para alguien que estaba caído tan bajo en otra vida y tal vez una esposa, e hijos o hijas. Vivir sin estar dependiente de sus amigos y sobre todo sin problema de dinero y de hogar. ¡Nunca más!

El camino duró poco tiempo y sin fatiga gracias a esos pensamientos. Llegaron el sábado, en la fecha de San Juan, por la tarde, depués haber dormido en un refugio de montaña. Esperaron en Riglos las ocho de la noche para alcanzar el famoso lugar en el que se podría ver la Giganta.

4. Capítulo IV:

Al llegar al lugar, se podía percibir entre las nubes la plena luna llena de San Juan. Poco a poco, las nubes se apartaban como un telón de teatro mostrando una escena celeste con la luna sola rodeada de una oscuridad profunda. Raúl y Eva se acercaron del Mallo Pisón y comenzaron a rodearlo para subir. Estaban equipados y Eva conocía el terreno. Tenía ya en mente un camino para alcanzar el pico. Había que agarrarse con las manos para no caer hacia atrás con el desnivel. Raúl determinado e impaciente, no se lo pensó y siguió a Eva. La subida duró una hora, y llegaron justo en el buen momento cuando la luna estaba en lo más alto del cielo. Se podía ver los detalles de la superficie del satélite natural de la tierra. Cansados, no hablaban e intentaban recuperar sus respiraciones normales.

Eva le preguntó ‘¿Qué te parece? En este lugar se pueden sentir muchas cosas “.

Raúl miraba alrededor suyo si podía percibir alguna presencia de esa Giganta de la cual le habían hablado el otro día. Mirándola Raúl le dijo, “Esto es muy bonito y te doy las gracias por haberme acompañado, pero…”.

Eva continuó “Déjate llevar por la brisa y el paisaje, cierra los ojos y siéntate en la orilla”. Raúl no entendía mucho lo que Eva decía y contestó “¿Pero lo que me contasteis el otro día, todo esto solo para sentarte y ver el paisaje?”.

Eva con una voz de extrañada respondió “ ¿Qué te esperabas? ¿Pensabas ver una bruja que pudiese cambiar tu pasado y ser un nuevo hombre?”.

Eva empezó a reírse un poco “Sabes Raúl, te traje aquí para que pudieses pensar en otra cosay olvidarte lo que te ocurrió, digamos que desde aquí podrás empezar una página y avanzar en tu vida con esta vista”.

Raúl miro al suelo, con una cara de decepción “Digamos que me esperaba algo más mágico que me pudiese transformar en algo que siempre quise ser, pero todo eso es fantasía mía. No te echo la culpa ni nada de eso, y entiendo bien lo que me dices y tienes razón“.

Después de treinta minutos viendo los alrededores y las luces de los paisajes de los pueblos cercanos.  Eva se levantó y Raúl le siguió. Eva le preguntó. “ ¿Nos volvemos a Riglos?”

“Sí venga que empiezo a estar cansado y a tener frío aquí arriba” le respondió Raúl con una sonrisa.

5. Capítulo V

Raúl en el camino de vuelta se sintió un poco deprimido por el resultado final del viaje. Eva y Raúl decidieron volver por otro camino más largo que no necesitaba escalar. No veían gran cosa. Para ver, tenían solamente cada uno una linterna y la luz de la luna que poco a poco desaparecía entre las nubes.  

Todos los sueños que Raúl imagino durante su viaje de ida volvieron a la superficie de su mente. La cabeza agachada,intentaba clarificar sus pensamientos y ser más optimista. Era muy duro para él volver a empezar de nuevo otra vez, buscar un trabajo, un alojamiento, un lugar donde podría ser feliz hasta el final de su vida y poder cumplir su deseo de volver a una vida normal.  

Eva, en cabeza, con prisa de volver, sentía que el tiempo  estaba empeorando, el viento se levantaba con más fuerza y una fina capa de niebla se estaba formando. Tenía el presentimiento que la niebla iba  a empeorarse a lo largo del camino.

“No tenemos que dar prisa, sino no veremos nada y podría ser peligroso” dijo Eva dándose la vuelta. Nada más haber dicho la frase y mirando hacia atrás perdió de vista a Raúl. Una nube descendió y estaba rodeando a Raúl. Eva se paró, pensando que Raúl iba a llegar.De repente la niebla que tenía delante de ella le borro la vision. La trampa de la naturaleza se cerró también sobre ella.

Raúl sumergido en sus pensamientos, oyó la voz de Eva. la cabeza, y se paró.  No sabía desde el principio a dónde iba, su corazón empezó a tambalear de forma irregular. Sin su amiga no había forma de volver a casa. su teléfono, no había cobertura.

“Mierda. Ahora qué hago yo? En cualquier momento estoy cerca de un precipicio y me mato. Vaya no me imaginaba acabar así.” dijo Raúl hablando en voz baja. Continúo andando despacio y arrastrando cada paso para sentir si había un vacío.

Eva por su lado decidió continuar para conseguir tener cobertura. Andaba rápidamente, el pánico invadía su cuerpo despacito.

Raúl le temblaban las piernas. Miraba constantemente su teléfono, intentaba llamar a Eva, pero no tenía respuestas. Tenía la mirada fija hacia el teléfono. De repente, bajo su pie sintió el vacío. El pánico subió como un rayo, y su cuerpo entero se paralizó. Se cayó hacia adelante y su primer reflejo fue agarrarse a cualquier roca.  Sus piernas estaban balaceándose en el vacío y sus manos sangrando se agarraron. Raúl empezó a gritar con todas sus fuerzas, con la esperanza que Eva le oyera. Tenía los ojos cerrados para no mirar el precipicio. Mirando en dirección del borde abrió los ojos. Una luz se intensificaba en su dirección, el ruido de pasos se acercaba hacia él. Vio la forma de una mano que se formaba en la niebla acercándose y una voz grave le dijo “ Ten, coge  mi mano “.

 

6. Capítulo VI

El día después del accidente, Raúl se despertó en un lugar desconocido. Su dolor de cabeza le impidió recordar lo ocurrido del día anterior. Aún así decidió levantarse para explorar el lugar, pero cuando trató de levantarse, un dolor insoportable proveniente de su tobillo le impidió hacerlo.

Al mismo tiempo, un hombre entró en la habitación. Iba vestido de forma extraña y parecía tener la edad de Raúl. "No intentes levantarte, te torciste el tobillo anoche durante tu caída"

"¿Anoche? ¿Mi caída? ¿De qué estás hablando? Y antes que nada, ¿quién eres y dónde estamos?" Raúl estaba totalmente confundido y su dolor de cabeza y tobillo le impedía pensar correctamente.

“¿No recuerdas nada?” Le preguntó el hombre, pero al ver que Raúl no respondía decidió contarle lo que había pasado el día antes.

“Mi nombre es Pedro, soy criador de cabras y actualmente estás en mi casa. Ayer en una de mis rondas habituales para comprobar que mis cabras estaban bien, escuché ruidos y gritos, así que decidí ir a echar un vistazo y ahí fue cuando te encontré colgando de unas rocas y a punto de caer al vacío "

A medida que avanzaban las explicaciones de Pedro, Raúl comenzó a recordar los acontecimientos del día anterior, el viaje a Los Mallos, su decepción cuando se dio cuenta de que era solo una historia, de su caída que casi le cuesta la vida y, en última instancia, de una mano tendida que le salvó la vida. "

 

Mano tendida

"¡Ahora me acuerdo de todo! ¡Me salvaste la vida Pedro! No sé cómo agradecerte"

"No te preocupes, hice lo que todos deberían hacer en esta situación. Pero lo más importante, me gustaría saber qué estabas haciendo allí solo y en medio de la noche".

Raúl decidió contarle todo, sobre su vida anterior y lo que lo impulsó a hacer este viaje. Realmente no sabía por qué había decidido contar la historia de su vida a un completo desconocido, pero poder confiarse a alguien le hizo bien y, por extraño que pareciera, estaba relajado en la presencia de Pedro, era como si se conocen desde siempre.

"Sabes Raúl, no es porque el comienzo de tu vida comenzó mal que el final será el mismo, ¡la vida está llena de sorpresas! Mírame, por ejemplo, no he sido siempre criador de cabras, al contrario, Yo trabajaba como gerente de RRHH en una empresa biomédica pero la vida en la oficina no me venía bien, así que decidí dejarlo todo y venir a instalarme aquí. ¿Y sabes qué? ¡No me arrepiento de mi vida de antes! Hoy ya no vivo con estrés, trabajo y cansancio, soy libre y feliz. Ya no tengo que preocuparme por cómo pagar mis facturas o cómo me ven los demás. Vivo en paz y en sintonía con la naturaleza.

Ya sabes Raúl creo que deberías quedarte aquí unos pocos días, al menos hasta que tu tobillo sane, creo que te vendría bien alejarte un momento de la ciudad y tomarte un descanso "

7. Capítulo VII

Habían pasado seis días desde que Raúl había tomado la decisión de quedarse con Pedro. Estaba empezando a disfrutar mucho la vida de criador de cabras y se llevaba muy bien con Pedro. Se habían hecho amigos y Raúl tenía la impresión de que Pedro lo entendía mejor que nadie.

Le gustaba tanto la vida aquí que empezó a preguntarse si no sería mejor seguir viviendo en la montaña, lejos de la ciudad y las preocupaciones que la acompañan. Después de todo, no había nada en la ciudad esperándolo, ni familia, ni trabajo, ni siquiera una novia.

Pasaron los días y el tobillo de Raúl sanó cada vez mejor, por lo que, desde el décimo día desde su accidente, Raúl decidió acompañar a Pedro al mercado a vender leche de cabra y queso.

Era la primera vez que Raúl acompañaba a Pedro al mercado y no se arrepintió en absoluto de haber venido, los habitantes de la región fueron todos tan amables con él, se sintió come si fue parte de una gran familia, una familia que nunca tuvo ...

Aún perdido en sus pensamientos, no se había dado cuenta de que una persona que gritaba su nombre se estaba acercando cada vez más a él. ¡Y esta persona no era cualquiera, era su amiga Eva!

“Raúl, ¿eres tú? gritó Eva tomándolo en sus brazos

"Si supieras lo mucho que me preocupé por ti, te busqué por todas partes durante 10 días, incluso vine aquí hoy con la esperanza de obtener alguna información sobre ti, pero no tenía ninguna duda de que lo iba a encontrar aquí, ¿qué pasó?"

Raúl entonces comenzó a contarle todo, y se disculpó por no haberle dado noticias, su teléfono se había caído durante su caída, no tenía forma de contactarla.

"¡No te preocupes Raúl, lo más importante es que estás vivo! ¡Y ahora que te he encontrado, finalmente podemos ir a casa!"

"Sobre esto, Eva, lo pensé, y no quiero volver atrás, no hay nada esperándome allá, además, me gusta mi vida aquí, vivo rodeada de naturaleza y las cabras, la gente de aquí está agradable, e incluso hice un amigo ".

Eva se sorprendió un poco al escuchar esto, pero estaba feliz de que Raúl finalmente pudiera encontrar un lugar donde se sintiera bien y feliz. Después de todo, era por eso que Eva le había sugerido este viaje a Raúl, para animarlo. Aunque nunca hubiera pensado que Raúl hubiera deseado seguir viviendo su vida aquí.

"Entiendo Raúl, y respeto tu decisión. Estoy feliz por ti. Después de tu salida de la cárcel, habías cambiado tanto, era como si te hubieras convertido en otra persona, simpre sola y triste. Realmente quería ayudarte. pero no supe como, por eso estoy muy feliz de verte de nuevo sonriendo y feliz "

"Gracias Eva, es gracias a ti y a este viaje que finalmente encontré mi lugar en este mundo, nunca lo olvidaré"

"Eso espero, pero antes de irme, prométeme que no te olvidarás de mí mismo y me visitarás a menudo".

"Te lo prometo".

Y así comenzó Raúl su vida como criador de cabras, en compañía de su fiel amigo Pedro, a quien ahora consideraba como su propio hermano. No se había hecho rico ni famoso, pero había encontrado su lugar y, sobre todo, finalmente había encontrado lo que siempre había estado buscando, y lo que le faltaba, una familia "

FIN

 Cabras