Relato de Eloïse R., Romane L. y Maïtena B.

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Cours: Récits d'espagnol
Livre: Relato de Eloïse R., Romane L. y Maïtena B.
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Date: jeudi 16 mai 2024, 12:44

Description

"En esos parajes vivía una anciana de estatura gigantesca, de la que se decía que usaba artes de brujería. Los habitantes del pueblo vivían atemorizados. Cansada de verse siempre temida y rechazada, la Giganta (así la llamaban), hizo surgir un día las enormes rocas y las plantó con fuerza junto al río Gállego para poder vivir escondida y refugiada tras ellas.

Dicen que si hay luna llena, en la noche de San Juan se la puede ver sentada en el mallo Pisón, peinando sus largos cabellos blancos tras humedecer el peine en el Gállego."

Cuando unos amigos de Huesca me contaron esa leyenda de la Giganta de los Mallos, le propuse a Eva ir a pasar el fin de semana a Riglos para conocer ese lugar. Su respuesta picó todavía más mi curiosidad: "si quieres que tu vida dé un giro de 180°, cita en Murillo de Gállego, en la plaza del pueblo, el viernes a las cinco y media". Allí fui.

1. I

Cuandolleguéallugardeencuentro,nosabíamuy bien qué esperar. Estabaansiosa pero también un poco asustada, porque Eva no había querido darme másdetalles y me había pedido que no dijera a nadie adóndeíbamos. Lo único que medijofue que fueseconzapatos para caminar.

Cuando llegué, no tuve dificultad en reconocerla. Llevaba una gran bolsa de senderismo y bastones. Cuando me vio llegar, hizo un gran gesto para saludarme y dijo: "¡Hola, Alba! Espero que estés lista porque nos espera una gran caminata, pero no te preocupes, ¡conozco el camino de memoria!” Su entusiasmo me tranquilizó yle contesté:

"¡Estoy lista y no puedo esperar a ver lo que va a cambiar mi vida! Pero dime, ¿adónde vamos exactamente?”

“Lo explicaré todo por el camino ¡pero no perdamos más tiempo! Tenemos que llegar antes de que anochezca o el camino se volverá peligroso.” respondió Eva.

No le pregunté más y así, nos pusimos en marcha.

 

2. II

Llevábamos dos o tres horas caminando y todavía no sabía adónde íbamos. Una vez más, pasamos por un camino que no estaba indicado por las señales, lo que realmente empezaba a preocuparme. Se lo expliqué a Eva, que me respondió: “tienes razón, vamos a hacer una pausa y te explicaré adónde vamos".

Nos sentamos en una roca y Eva comenzó a explicarme:

"Me dijiste que la leyenda de la Giganta de los Mallos te había intrigado y que deseabas ir a Riglos para conocer este lugar.Bueno, resulta que sé exactamente dónde vive la señora de la leyenda porque la conozco personalmente. Se llama Marta y vive escondida detrás de las rocas cerca del Gállego, como cuenta la leyenda, pero no es una bruja malvada como la leyenda lo hace creer, es una mujer muy amable que ..." La corté en su relato porque no podía creer una palabra de lo que estaba diciendo.

"¿Qué me estás contando Eva, de dónde ha salido esta historia? Me estás gastando una broma, ¿verdad?” le respondí, riendo.

“Sabía que no me creerías, por eso no te lo expliqué antes porque no estaba segura de que vinieras. Pero, aunque no me creas, déjame presentártela, nos queda poco más de una hora de marcha hasta su casa, no te vas a volver ahora ¿no?", dijo Eva."No,iré contigo porque no conozco el camino de vuelta y además tengo hambre, ¡espero que tu amiga tenga algo de comer!” Le contesté.

Aunque estaba convencida de que era una broma, quería entender por qué Eva me había contado todo esto. Así que volvimos a caminar.

 

3. III

El camino hasta su casa fue arriesgado, pero llegamos efectivamente una hora más tarde delante de una casita que parecía abandonada, porque la hiedra había crecido a lo largo de los muros y porque ninguna luz se escapaba de las ventanas. Le comenté esta impresión a Eva, que respondió con seguridad: " Sí, es cierto, pero aquí vive Marta" y llamó a la puerta.

Unos minutos después la puerta se entreabrió y Eva dijo: "Buenas noches Marta, soy Eva, he venido hoy con una amiga porque creo que puede ayudarla. No se preocupe, puede confiar en ella, no se lo dirá a nadie.” En ese momento, una mujer alta y robusta, con una larga cabellera blanca, abrió la puerta.

4. IV

"Alba, ¿estás bien? ¿Alba?"

Podía oír la voz preocupada de Eva pero no podía distinguir su cara, sólo una forma borrosa.

"Alba, has tenido un pequeño desmayo. ¿Puedes oírme?"

Cuando por fin volví a abrir los ojos, comprendí que no era una pesadilla. Efectivamente, estaba en esa sórdida casa con Eva y la dama de la leyenda. Además, ¿dónde estaba ella? Sentí que la cólera crecía en mi interior. ¿Por qué me había traído Eva aquí? Estaba a punto de levantarme y salir corriendo cuando vi a la anciana con la cabeza entre las manos, llorando como una niña. Desconcertada, pregunté a Eva con la mirada y percibí su vergüenza. Estaba enfadada consigo misma por haber provocado esta situación.

Mientras el silencio se hacía pesado, Marta se secó las lágrimas y me miró con sus penetrantes ojos azules. Realmente la estaba mirando por primera vez. Debía medir más de dos metros y medio, sus hombros eran anchos. Todo en ella parecía sobredimensionado. Llevaba un vestido azul de flores y una larga melena blanca trenzada. Su cara parecía chocar con su cuerpo. Era tan dulce… sus ojos y su sonrisa estaban llenos de ternura. Así que yo también empecé a sonreír. ¿Por qué había tenido tanto miedo? Pensé que Eva me estaba gastando una broma, tantoque la aparición de Marta me pareció un verdadero choque.

5. V

Mientras Marta me servía una taza de té, comenzó a contarme su historia.

"Alba, querida, no eres la primera que se escandaliza por mi aspecto. En otro tiempo, yo también vivía en el pueblo de abajo. Pero la gente se burlaba de mí, me llamaban "el monstruo" o "la gigante". Mi vida era una pesadilla… Mi familia me rechazaba y mis compañeros no me aceptaban. Siempre he vivido en el dolor, hasta que me escapé y encontré refugio en esta casita. Aquí vivía una señora muy extraña que también había sido rechazada por la sociedad, no por su aspecto sino por alguna otra razón…Esta señora tenía poderes mágicos que asustaban a los aldeanos, que la habían desterrado del pueblo. Me acogió cuando estaba al límite y me cuidó, así que le debo mucho. Pero lo que tienes que saber es que ella también me transmitió todos sus conocimientos..."

Estaba pendiente de cada una de las palabras de Marta y ella me dedicó una enigmática sonrisa. Tomó un sorbo de té antes de continuar.

“Si quieres que tu vida cambie para siempre, tendrás que confiar en mí y seguir mis instrucciones. En tres días, en la noche de San Juan, las estrellas se alinearán y la luna llena brillará. Encuéntrame en la orilla derecha del Gállego, junto al molino y ven sola”

"Pero espera, ¿qué pasa si vengo?"

Apenas había pronunciado mi pregunta cuando Marta nos sacó fuera, llevándonos con sus grandes brazos y dejándonos en su puerta.

"¡¿Espera, por favor?!"

La puerta ya estaba cerrada.

"No insistas", dijo Eva, tirando de mí por el brazo.

"Ella no te dirá nada más. Y yo tampoco. Tienes que tomar esta decisión por tu cuenta".

Una vez más me sentí traicionada por mi amiga. Sentí que no la conocía realmente. Volvimos a casa sin decir nada, mientras una tormenta de preguntas se arremolinaba en mi cabeza.

6. VI

Durante los tres días que siguieron, no podía pensar en otra cosa, tenía muchas preguntas y nadie podía contestar a ellas, ni siquiera mi amiga. Para mí, todo era una broma que Eva me quería gastar. Hablé muy poco con ella en el instituto ya que me sentía traicionada y le dije que no iría al Gállego ya que me parecía ridículo. Pero había demasiado misterio en Marta y no podía parar de pensar en los poderes de los que me había hablado. ¿Realmente Marta podría cambiar mi vida?, ¿por qué la noche de San Juan es el único momento en el que podía ir?...

El día de la noche de San Juan, dudé mucho en acudir a la cita de la anciana. Finalmente decidí emprender el camino hacia el río. El camino fue difícil ya que era de noche, estaba sola y una vez más no había ninguna señalización que indicara dónde estaba el Gállego. Mientras caminaba, vi como efectivamente había luna llena y a lo largo vi su reflejo en el agua.

Al final de un camino largo de rocas, llegué por fin al molino del que me había hablado Marta pero no estaba ella. Esperé un poco hasta que una luz me deslumbró. No podía distinguir lo que brillaba, así que decidí acercarme. Conseguí ver una silueta gigante sentada en la orilla y con un peine en la mano. Supuse que era Marta y decidí acercarme: “Hola, ¿Marta eres tú?” Pero no obtuve respuesta. Volví a preguntar “¿Marta?”. Esa vez, se asustó y me miró fijamente con sus grandes ojos azules.

“Hola”, dijo susurrando, “pensé que no vendrías”

“Me lo he pensado mucho antes de venir pero tengo intriga por saber cuáles son tuspoderes y qué vas a poder cambiar en mi vida.”

“Ven y siéntate al lado de mí, te voy a contar todo”.

No sabía si confiar en ella pero ya estaba ahí y no había vuelta atrás, así que decidí sentarme junto a ella, con los pies en el agua.

Le pregunté “ ¿Por qué es necesario venir la noche de San Juan? ¿y por qué con luna llena? ¿ y por qué llevas un peine en la mano que moja en el río de vez en cuando? y…”

“Tranquila”, me interrumpió la anciana, “ En la noche de San Juan la luz de la luna es muy potente y como ves refleja con gran intensidad en el Gállego. Ese fenómeno me permite aplicar los conocimientos que aprendí hace años, como ya te dije hace tres días. Gracias a la luz y al agua, el peine me ayuda a invocar a un ser querido que perdí hace tiempo, la anciana que me acogió en su casita y que me enseñó todo lo que sé ahora. Así, una vez al año puedo comunicar con ella y olvidarme de todo. Me ayuda a sentirme bien, y a no pensar en el rechazo que tienen los habitantes del pueblo sobre mi aspecto. Por lo tanto, si Eva te ha traído hasta aquí significa que has perdido a alguien importante en tu vida y yo te puedo ayudar a hablar una última vez con ella. Para eso me tienes que hablar un poco sobre esa persona”.

“Sí,... hace cuatro años perdí a mi hermana mayor, ella era todo para mí, hacíamos todo juntas, éramos como gemelas y no nos separábamos nunca. Hasta que un día tuvimos un accidente de coche y ella no se recuperó. Fue tan repentino que no me pude despedir de ella. Tardé mucho tiempo en aceptar que ya no volvería a verla ya hora hago todo para que ella esté orgullosa de mí.”

“Lo siento mucho”, me contestó, “ pero no te preocupes, hoy es el día en que vas apoder despedirte de ella como se merece, sólo tienes que confiar en mí”.

“Vale, sólo espero que no sea una broma y que funcione de verdad porque no creo que pudiese soportarlo.”

“Tranquila, vamos a empezar. Cierra los ojos y piensa fuerte en tu hermana.”

En ese momento, la anciana empezó a cantar una canción dulce, y a peinarse con el cepillo que había mojado previamente en el Gállego.

De pronto escuché una voz familiar. Era mi hermana, que me decía palabras muy bonitas y reconfortantes. Abrí los ojos y la vi, ahí reflejada en el agua, iluminada por la luna llena, con su gran melena rubia y tan guapa como recordaba. Pude hablarcon ella, aunque fue un tiempo corto, o eso me pareció, me despedí y en un abrir y cerrar de ojos había desaparecido. Me giré hacia la anciana, y la abracé, tenía tantos sentimientos en mi interior que me puse a llorar, de alegría, o de tristeza, no estaba segura. Marta me miraba con cariño ya que ella había pasado por esto años atrás y comprendía mi situación.

Cuando llegó el momento de irme, me despedí de Marta, le di las gracias e hice el camino de vuelta. Estaba muy aliviada por saber que mi hermana estaba bien, por haber podido despedirme de ella… Solo quería que esto no fuera un sueño, despertarme al día siguiente y recordar todo lo ocurrido, aunque fuera muy surrealista.

Cuando llegué a la ciudad, no quería volver a casa y decidí ir a casa de Eva para disculparme ya que no había sido muy amable con ella los últimos días. Al llegar, me abrió la puerta y le conté todo lo que me había ocurrido. Ella se sorprendió al escuchar que había decidido ir a la cita con Marta. Se alegró por mí y comenzamos a hablar toda la noche de cómo conoció a la anciana, de su experiencia,... Ese sería nuestro secreto.