Relato de Antoine G., Hugo G., Nadia G., Lilou P.

El manuscrito de Cuenca

4. Capítulo 4

Con todo lo que acababa de ver, Pedro se sintió un poco mal y afectado por esos tristes eventos. Pedro era alguien realmente majo, con verdaderos valores y que tenía un alma buena. Pero con todo el mal que esta familia le había hecho vivir y sobretodo sufrir, lo tenía que contar todo. Lo importante para él era principalmente que la gente supiera todo sobre la familia García. No era un sentimiento de venganza lo que le animaba sino un sentimiento de justicia, para que todos lo supieran y que no pudiesen dejarse engañar como otros. No debería permitirse dejar a esta familia hacer daño a toda esta gente desde hacía tanto tiempo y matar a los que no estaban de acuerdo con sus prácticas. Era algo sin ninguna ética que Pedro no podía aceptar. Ahora, el conjunto de la ciudad tenía que saber la verdad. Ya no se podían esconder esos horrores.
Por eso, Pedro se preguntó cómo podría hacer para avisar a la población de manera eficaz. Hoy en día, lo que más se utiliza para comunicar son las redes sociales. Tienen un impacto muy importante sobre nuestra vida, todos estamos conectados permanentemente. Por eso, decidió escribir un mensaje en el grupo Facebook de la ciudad de Cuenca para avisar a la población. Su post era el siguiente :
“Hola a todos,
Hoy os escribo porque os tengo que contar algo de gran importancia. Lo que os voy a decir es todo lo que aprendí, lo que viví y descubrí en los últimos días. Os voy a decir toda la verdad de esta historia de locos.
Descubrí hace pocos días en la biblioteca municipal un manuscrito medieval escondido en un rincón en el cual el alcalde nunca hubiera pensado que alguien lo pudiese encontrar. Este manuscrito había sido escrito por Don Fermín para denunciar a la familia García que estaba en el poder a la época y que sigue estando en el poder. En el siglo XI, se instaló una familia portuguesa en nuestra ciudad con el fin de quedarse  en el poder, permanecer en España y organizar nuevos intentos para expandir el poder de Portugal. Desgraciadamente, el padre de la familia García descubrió que Don Fermín intentaba denunciarlos y lo mató.
Desde entonces, el manuscrito estaba guardado en la biblioteca y transmitido por la familia García para seguir las tradiciones de esta familia y organizar otros golpes de Estado. Gracias a un amigo (desaparecido por culpa de la familia que le descubrió), pude encontrar el manuscrito. Sin embargo, cuando los empleados se dieron cuenta de este robo, me persiguieron. Para escaparme y evitarlos, tuve que pasar por situaciones muy complicadas, superando cada obstáculo que me dejaron por el camino. El problema es que me di cuenta de que el manuscrito estaba escrito en un idioma que no podía entender. Lo tenía que pedir a un amigo traductor era que me hiciese una transcripción del contenido. Fui entonces a su casa para conseguirla lo más rápido posible.
Encontré a distintas personas por mi camino, pagadas por la familia García que solo querían poner piedras en mi camino. Por fin, y afortunadamente, encontré a una chica muy simpática trabajaba en la casa del alcalde y que conocía toda la verdad sobre la familia. Gracias a su ayuda, pude llegar a tiempo a la Posada de San José para ver al traductor. Poco tiempo después, mi amigo fue capaz traducir el manuscrito. Me dijo que se trataba de una acción violenta que resultó en un gran éxito para el perpetrador : se describía una misteriosa habitación en las catacumbas de la ciudad. Tenía que ir hasta las catacumbas de la ciudad para descubrir ese misterio.
Allí, encontramos los cuerpos de personas matadas por el golpe de la familia García. Para ser breve, la familia había ordenado la muerte de centenares de opositores con el fin de iniciar un golpe de Estado para derrocar a los reyes de la época. Descubrimos centenares de cadáveres que databan de la época medieval y también de la época actual…
Espero que este mensaje ayude a gente en el futuro para que nadie más se pueda hacer engañar por esta familia. Ya no se pueden permitir sus prácticas.
Gracias por leerme,
Pedro”