Relato de Lucile S., Alizée H. y Suzy L.
Los Mallos
3. Descubrimiento del río
Luego, decidieron ir a las orillas del río Gállego para encontrar el lugar perfecto para acampar. En efecto, ellos querían acampar cerca de las orillas porque sería en ese lugar donde tendrían más posibilidades de ver la sombra de la giganta como la leyenda lo contaba.
Marco se dio cuenta de que Eva había cambiado de humor, pero no se preguntó por qué, ya que Eva parecía mucho más tranquila. Estaba como en su entorno natural. Tal vez fuera porque se sentía lejos de la ciudad y fuera de la multitud.
Caminaron durante varios minutos antes de ver una ribera clara, y acogedora con quejigos muy antiguos que les daban la impresión de estar protegidos porque parecían tener sus raíces allí durante siglos.
Decidieron establecer el campamento allí. Después, fueron a buscar leña en previsión de la hoguera que celebraría la fiesta de San Juan al caer de la noche.
Marco sorprendió a Eva que estaba mirándose en el reflejo del río y le dijo apoyando la cabeza en su hombro :
- ¡ Eres tan hermosa !
-¡Estás diciendo tonterías Marco ! Estaba solamente pensando en cómo la giganta se había sentido cuando se refugió al otro lado de ese río a causa de los aldeanos
-Eva, ya te dije que los gigantes no existen, dijo Pedro, y que esta historia es solo una leyenda, nada más.
- ¡En absoluto! Te equivocas Pedro. ¡Ojalá la vieras esta noche !