6. Capítulo VI

El día después del accidente, Raúl se despertó en un lugar desconocido. Su dolor de cabeza le impidió recordar lo ocurrido del día anterior. Aún así decidió levantarse para explorar el lugar, pero cuando trató de levantarse, un dolor insoportable proveniente de su tobillo le impidió hacerlo.

Al mismo tiempo, un hombre entró en la habitación. Iba vestido de forma extraña y parecía tener la edad de Raúl. "No intentes levantarte, te torciste el tobillo anoche durante tu caída"

"¿Anoche? ¿Mi caída? ¿De qué estás hablando? Y antes que nada, ¿quién eres y dónde estamos?" Raúl estaba totalmente confundido y su dolor de cabeza y tobillo le impedía pensar correctamente.

“¿No recuerdas nada?” Le preguntó el hombre, pero al ver que Raúl no respondía decidió contarle lo que había pasado el día antes.

“Mi nombre es Pedro, soy criador de cabras y actualmente estás en mi casa. Ayer en una de mis rondas habituales para comprobar que mis cabras estaban bien, escuché ruidos y gritos, así que decidí ir a echar un vistazo y ahí fue cuando te encontré colgando de unas rocas y a punto de caer al vacío "

A medida que avanzaban las explicaciones de Pedro, Raúl comenzó a recordar los acontecimientos del día anterior, el viaje a Los Mallos, su decepción cuando se dio cuenta de que era solo una historia, de su caída que casi le cuesta la vida y, en última instancia, de una mano tendida que le salvó la vida. "

 

Mano tendida

"¡Ahora me acuerdo de todo! ¡Me salvaste la vida Pedro! No sé cómo agradecerte"

"No te preocupes, hice lo que todos deberían hacer en esta situación. Pero lo más importante, me gustaría saber qué estabas haciendo allí solo y en medio de la noche".

Raúl decidió contarle todo, sobre su vida anterior y lo que lo impulsó a hacer este viaje. Realmente no sabía por qué había decidido contar la historia de su vida a un completo desconocido, pero poder confiarse a alguien le hizo bien y, por extraño que pareciera, estaba relajado en la presencia de Pedro, era como si se conocen desde siempre.

"Sabes Raúl, no es porque el comienzo de tu vida comenzó mal que el final será el mismo, ¡la vida está llena de sorpresas! Mírame, por ejemplo, no he sido siempre criador de cabras, al contrario, Yo trabajaba como gerente de RRHH en una empresa biomédica pero la vida en la oficina no me venía bien, así que decidí dejarlo todo y venir a instalarme aquí. ¿Y sabes qué? ¡No me arrepiento de mi vida de antes! Hoy ya no vivo con estrés, trabajo y cansancio, soy libre y feliz. Ya no tengo que preocuparme por cómo pagar mis facturas o cómo me ven los demás. Vivo en paz y en sintonía con la naturaleza.

Ya sabes Raúl creo que deberías quedarte aquí unos pocos días, al menos hasta que tu tobillo sane, creo que te vendría bien alejarte un momento de la ciudad y tomarte un descanso "