Relato de Léa L., Thaïs N. y Juliette D.
El pozo
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa. Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior. «Este es un mundo como otro cualquiera», decía el mensaje.
Luis Mateo DÍez
3. Punto de vista de Javier
Cuando llegamos a casa con mis padres, encontramos a Eloy en la cocina, frente a un plato lleno. Es muy raro para alguien como él, quien siempre tiene hambre. Parece muy preocupado y lo veo esconder un papel en su bolsillo. Papá y mamá parecen muy felices por estar juntos con todos sus hijos, así que no digo nada a mi hermano inmediatamente, le hablaré esta noche.
Irene y Laura, que no pudieran ser más distintas, llegan una hora después. Son gemelas idénticas, pero mientras que Irene es muy extrovertida y ruidosa, Laura es más discreta y tímida. Pienso que la muerte de Alberto les afectó mucho más de lo que dejan parecer. Desde el trágico día, no han sido las mismas, y mientras que antes estaban siempre juntas, se alejaban de toda la familia y se quedaban entre ellas.
…
No tengo tiempo libre en toda la tarde, y voy a dormir sin poder hablar a solas con mi hermano.
A la medianoche, un ruido me despierta. Voy a mirar por la ventana. Eloy se está acercando al pozo.