Relato de Léa L., Thaïs N. y Juliette D.
El pozo
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa. Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior. «Este es un mundo como otro cualquiera», decía el mensaje.
Luis Mateo DÍez
13. Punto de vista de Alberto
Estoy tan feliz de ver a mis hermanos de nuevo. Me pone triste ver que están casi asustados de mí, pero espero que en pocas horas y con mis explicaciones, vayan a entender la situación y ayudarme para resolverla.
Les muestro la casa de nuestros padres en el pueblo.
- Aquí viven papá y mamá, pero desde hace dos años, no salen mucho. De verdad, desde el accidente, están tan tristes...
- No lo puedo creer, pero… Javier y yo, estamos muertos, en tu mundo, ¿de verdad? pregunta Eloy
- Volveremos a hablar de esto en lugar seguro, en mi casa.
- ¿Tenía una novia en este mundo?, me pregunta Eloy.
- No, lo siento hermano. Tampoco aquí. Pero, Javier tiene una familia. Se había mudado después del accidente. Quizás, una manera de olvidarlo, pero el Javier de mi mundo tenía dos preciosas hijas.
- ¿Yo? ¡Nunca quisiera tener hijos! responde Javier.
- Entonces, vamos a hablar de mi plan para que todos salgamos vivos y veamos si en el mundo final tendrás hijos.
Tengo la impresión de que mis hermanos confían en mí. Lo único que quiero es que, gracias a estos dos años casi sin dormir para estudiar mi plan, salgamos los tres vivos y felices.