Relato de Héloïse B., Maiwenn D.,Madeleine C. y Antoine S.
Un extraño viaje
¿Habéis vivido una experiencia que ha totalmente cambiado el curso de vuestra vida? Yo sí, y la voy a contar.
5. Volver a la infancia
Después de más de una semana en la casa de mis padres, empecé a observar fenómenos nuevos y demasiado extraños. Algunas de las cosas que creía que era capaz de hacer se volvían cada vez más insuperables para mí. Los pocos hábitos que tenía fueron desapareciendo y me pasé el tiempo intentando reaprender todo, era imposible. Mi opinión no estaba fija y no podía emitir un juicio correcto y ponderado sobre la política española, sobre mi entorno, etc.
Un jueves, al volver de la escuela, me encontré cara a cara con mis padres, que me esperaban en el salón. El ambiente era pesado, las persianas medio cerradas y sus rostros no mostraban ninguna emoción. "Tu madre y yo hemos decidido hablarte de algo", dijo mi padre. "Nos hemos dado cuenta de que tu comportamiento ha sido anormal los últimos días y queremos disculparnos por lo que pasó en casa. Todas estas discusiones, estos debates que terminaron mal entre tu padre y yo no volverán a ocurrir. Te lo prometemos…" continuó mi madre, con lágrimas en los ojos y la voz temblorosa. Sin saber qué decir, ya que sólo tenía un recuerdo lejano de las discusiones entre mis padres, cogí mis cosas y me fui a encerrar en mi habitación para trabajar en mi tarea de literatura. De repente oí gritos y ruidos de rotura en el piso de arriba. El perro ladraba y el suelo resonaba. Mis padres argumentaron y pronto me di cuenta de que sólo era el principio.
Los meses avanzaban, el mundo retrocedía. Las revisiones del domingo se habían convertido en excursiones de pesca con mi abuelo y mi primo. Las fiestas estudiantiles del jueves dieron paso a los cumpleaños de mis amigos el sábado. Me interesaba cada vez menos ir al fútbol los miércoles por la tarde porque mi nivel empeoraba. Sólo las vacaciones a la orilla del mar de cada verano seguían haciéndome feliz porque la única cosa que todavía sabía hacer era amar ami novia y reunirme con ella cada verano.
Durante estos largos años, tuve que enfrentarme a ciertas dificultades que sabía que existían sin poder cambiarlas y sin que mi familia, mis amigos o mis profesores se dieran cuenta. Como quien se enfrenta a una discapacidad toda su vida, aprendí a vivir, o más bien a sobrevivir, sin saber cómo sería el día siguiente y acostumbrándome a las cosas más desafortunadas. En la vida, existe esa esperanza y ese deseo que hace que te levantes por la mañana sin saber lo que va a pasar y eso es lo que te hace querer continuar. Después de ir a Murillo de Gállego, me di cuenta de que no volvería a sentir esas sensaciones. Cada mañana me levantaba sabiendo cómo sería mi día.